Mujeres al poder

Los porteños seguidores de François Ozon celebramos el reciente estreno comercial de Mujeres al poder, película que ya se había presentado en Buenos Aires a mediados de marzo, en el ciclo Les Avant-Premières. Entre ellos, quienes alguna vez lamentamos la escasa química entre Catherine Deneuve y Gérard Depardieu le agradecemos al director francés la reparación de tan errado prejuicio.

Fabrice Luchini, Karin Viard, Judith Godrèche, Jérémie Renier (¿acaso ésta es la primera incursión en la comedia por parte del actor fetiche de los hermanos Dardenne?) conforman el elenco irreprochable que acompaña -a veces sostiene- a las dos grandes figuras de la escena gala. Sin la intervención de estos cuatro actores, tal vez otro habría sido el cantar de esta adaptación de la obra teatral que Pierre Barillet y Jean-Pierre Grédy escribieron en 1980.

Deneuve sorprenderá a quienes indefectiblemente la asocian con papeles de mujer conflictuada, distante, fría. Pero Luchini y Viart son quienes más se destacan (¿cuándo veremos a la actriz normanda en un rol protagónico?). Mención aparte merece la breve intervención del catalán Sergi López, que en Argentina no vemos desde El laberinto del fauno.

«Florero» es la traducción literal del título de esta comedia (por momentos romántica, siempre política) sobre la liberación femenina en tiempos previos a la Francia socialista del hace unos días recordado François Mitterrand. También ambientada a mediados de los ’70, la propuesta de Ozon recrea esa época no sólo a partir de la escenografía y el vestuario sino desde el formato mismo del film, con una banda sonora y ciertos efectos de montaje que les rinden homenaje a películas y series televisivas a esta altura treintañeras.

El subrayado retro revela la intención de mirar atrás sin olvidar el presente. Con un poco de nostalgia (el director fue niño en aquellos años) y con la picardía de sugerir coincidencias entre el país que gobernó Valéry Giscard d’Estaing y aquél que hoy preside Nicolas Sarkozy: el informe que redacta el yerno de Robert Pujol parece anunciar las medidas neoliberales que Laurent Cantet denunció en Recursos humanos (cuando gobernaba Jacques Chirac).

Mujeres al poder confirma que Ozon sabe filmar comedias además de dramas. Quizás sea excesivo afirmar que el director francés tiene algo almodovariano (los adjetivos «francés» y «almodovariano» conformarían un buen oxímoron) pero, en un contexto españolizado, Suzanne Pujol (de hecho, el apellido ya está) bien podría haber sido una criatura de don Pedro.


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