No bastó con dedicarle un post a El evangelio según Jesucristo y otro a Las intermitencias de la muerte. Cualquier excusa es válida para nombrar a mi escritor favorito, don José Saramago. Esta vez, la noticia sobre el lanzamiento de su último trabajo hace las veces de disparador y, como en otras ocasiones, ayuda a mitigar la ansiedad ligada a tanta expectativa.
La buena nueva se difundió el jueves pasado, a raíz de la presentación oficial de Las pequeñas memorias, que se llevó a cabo en Madrid. Según informó el diario Clarín, el libro llegará a Latinoamérica en febrero, es decir en cuestión de días o a lo sumo semanas. Una vez más, quienes no sepamos/podamos leer la versión original nos deleitaremos con la infaltable traducción de Pilar del Río, mujer del premio Nobel portugués.
El mencionado jueves, el periódico español La Vanguardia transcribió las principales declaraciones de Saramago respecto de su obra. En el mismo artículo también incluyó un breve adelanto de lo que, seguramente, terminará convirtiéndose en ooootra excusa para (volver a) redactar sobre el talentoso escritor.
—————————-
PD. Antes de cerrar este post, me permito citar una frase que don José le habría dicho a La Nación, y que me conmovió mucho: «He intentado no hacer nada que avergonzara al niño que fui». ¡Ay, si todos tuviéramos esa intención!