Cada 20 de julio los argentinos celebramos el Día del Amigo, convencidos de que se trata de una fecha internacional. Cualquiera sea su magnitud, el evento merece un repaso cinematográfico como aquéllos publicados en honor a los Días del Periodista y de la Mujer. Una vez más, la lista de largometrajes queda abierta al aporte de los interesados en plegarse a este tributo anticipado.
Probablemente quienes transiten los treintaypico recordarán con cariño Cuenta conmigo, película que Rob Reiner filmó en 1986 (éramos tan jóvenes) y que lanzó a la fama al inolvidable River Phoenix. Con el tiempo, los cinéfilos volvimos a verla y supimos reconocer a Richard Dreyfus, reservado para las escenas del final, y al por entonces imberbe -y malvado- Kiefer Sutherland.
En plena época adolescente, muchas (¿muchos?) lloramos en el estreno de Eternamente amigas, con la simpática Bette Midler y con Barbara Hershey, que la mayoría asociamos a una de las hermanas de Hannah. En honor a la verdad, nunca me animé a repasar esta adaptación del best seller escrito por Iris Rainer Dart; temo encontrarla cursi y excesivamente lacrimógena.
En el polo opuesto, Extraña pareja se afianza como una suerte de himno a la amistad (a una amistad explosiva, irritante, por momentos inconcebible pero entrañable) que resiste el paso del tiempo y las 1001 proyecciones. A esta altura, la obra de Neil Simon filmada por Gene Saks y protagonizada por los queridos Jack Lemmon y Walter Matthau es un clásico que nadie debería ignorar.
En el contexto local Amigomío y La amiga son quizás los referentes -ambos responsabilidad de Alcides Chiesa y Jeanine Meerapfel- que enseguida nos dicta la memoria. Alguien podría señalar que el primer título retoma el apodo que un padre (Daniel Kuzniecka) le puso a su pequeño hijo (Diego Mesaglío), y que por lo tanto la relación de amistad queda subordinada a la relación paterno-filial. La observación es justa pero, aún así, no invalida la cita, al menos no del todo.
El segundo título vale como propuesta capaz de haber reunido a la legendaria Liv Ullmann con nuestra Cipe Lincovsky. Más allá de algunos desaciertos en el plano narrativo, la historia conmueve por su aproximación al dolor que la última dictadura causó en nuestras relaciones interpersonales y en nuestra vida cotidiana.
Este repaso no puede terminar sin antes mencionar –de nuevo– el posible desembarco de Friends en la pantalla grande. Por lo pronto, quienes opinan que la serie televisiva es insuperable en cuanto a «vivo retrato» de la amistad (amistad juvenil y neoyorkina) verán en la concreción de este proyecto un merecido reconocimiento cinematográfico no sólo al programa sino a un sentimiento universal.
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PD. Que mañana domingo los amigos de Espectadores disfruten de su Día. Dicho sea de paso, el blog volverá a actualizarse recién el lunes. 😉
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