Corpiño y DNI

Con corpiño y DNI (apto)Con corpiño y DNI (apto)Qué maneras más curiosas
de recordar tiene uno…
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Con corpiño y DNI (apto)Tengo once años y hoy es día de fiesta. Y no es mi cumpleaños. Ni el cumpleaños de alguno de mis padres o de algún amigo. Ni Navidad, Año Nuevo o Reyes. Hoy, dicen, vuelve la democracia. En realidad no vuelve hoy-hoy (la fecha oficial es el próximo 10 de diciembre), pero -parece- hoy empieza a volver.

Por lo pronto, este domingo 30 de octubre de 1983, vuelven las mesas electorales, las urnas numeradas, los sobres sellados, las boletas apiladas, los cuartos oscuros, los padrones afichados, los Documentos Nacionales de Identidad (DNI) acicalados, las escuelas abarrotadas de adultos.

Hoy se habla de elecciones y de comicios en plural, y de sufragio en singular. Y también se habla de ciudadanía y de electorado.

Salgo a la calle; huelo a primavera, y por fin entiendo porqué ésta es la estación de la renovación, del entusiasmo, de la esperanza, de las ganas, de la vida. Basta con sentir la brisa, observar los rostros, escuchar las risas.

Mientras espero a mis viejos para acompañarlos a cumplir con el deber cívico, me sorprendo reflejada en una vitrina de la avenida Santa Fe. Me acerco, y reconozco la pollerita de jean y la remera celeste con el dibujo de Snoopy.

Por primera vez me descubro grande -¿vieja?- «anacrónica» con esa ropa. En realidad me descubro púber; con pechos apenas incipientes pero capaces de deformar la cabeza del simpático perro creado por Charles Schulz.

Y pensar que todavía no llevo corpiño, así como tampoco DNI apto para votar.

Hoy, dicen, termina la dictadura, y por lo visto también termina mi infancia. De ahí que esta primavera tibia de 1983 huela -más que nunca- a renovación, a entusiasmo, a esperanza, a ganas, a crecimiento, a vida.

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A casi 24 años de haber recuperado la democracia, este domingo 28 de octubre de 2007, los argentinos volvemos a elegir Presidente, aunque esta vez en un clima de desgano, de escepticismo, de indiferencia. Ojalá la memoria nos ayude a recuperar la fe en un sistema deficitario, manoseado, injuriado pero -de nosotros depende- rescatable, corregible, mejorable, respetable.

Es el deseo de una ciudadana adulta, ahora con corpiño y DNI (apto).