«Un film no es un tribunal». Luc y Jean-Pierre Dardenne presentan Dos días, una noche

Dos semanas y media antes de la presentación (y competencia) en el 67º Festival de Cannes y poco menos de un mes antes del estreno comercial en Bélgica y Francia, la distribuidora Diaphana publicó en su sitio web la información más completa sobre Deux jours, une nuit, largometraje que Luc y Jean-Pierre Dardenne terminaron de pulir a fines de 2013. Además del afiche, el trailer (sin subtítulos, eso sí) y las primeras fotos de la nueva producción, el dossier de prensa incluye dos entrevistas: una a los hermanos belgas y otra a la actriz protagónica, Marion Cotillard. A continuación, Espectadores transcribe la traducción completa de la primera y fragmentos de la segunda.

El largometraje gira en torno a Sandra, una mujer de treinta años a punto de ser echada de su trabajo. Incentivada y acompañada por su esposo, la protagonista intenta hablar con sus colegas para convencerlos de que renuncien a sus primas, así el desembolso de este dinero deja de ser la excusa para que los empleadores ejecuten el despido. Las tratativas para conseguir este acto solidario duran dos días y una noche.

¿En qué circunstancias nació la idea de esta película?
Luc Dardenne: En la crisis económica y social que atraviesa actualmente Europa. Hacía varios años que teníamos en mente hacer un film sobre una persona a punto de ser echada con el acuerdo de la mayoría de sus colegas. Dos días, dos noches nació cuando imaginamos a la pareja que conforman Sandra y Manu, unidos en la adversidad.
Jean-Pierre Dardenne: Lo que nos importaba era mostrar a alguien excluido que la mayoría considerara débil, de escaso rendimiento. La película elogia esta «ausencia de rendimiento» que anida fuerza y coraje, y que desemboca en una lucha de a dos, la de la protagonista y su marido.

Los colegas de Sandra votaron a favor de una reducción de personal, concretamente a favor del despido de esta compañera a cambio de una prima. ¿Se enteraron de que hubiera sucedido algo parecido en la vida real?
JPD: Sí, varias veces, aún cuando no se tratara exactamente de lo mismo. En Bélgica y afuera, todos los días asistimos a una obsesión por el rendimiento y la competencia violenta entre asalariados.

Manu incita a Sandra a buscar a sus colegas durante un fin de semana para que reconsideren su voto, y entonces ella consiga ser reincorporada. El rol de este esposo es primordial.
JPD: Manu es un poco el sindicalista, el coach de Sandra. Consigue convencerla de que existe una posibilidad, de que ella es capaz de cambiar la opinión de sus compañeros de trabajo.
LD: Sandra no debía aparecer como una víctima que estigmatiza y denuncia a quienes votaron contra ella. ¡No se trata de la lucha de una pobre chica contra unos miserables!

Ustedes no juzgan a ninguno de sus personajes…
LD: Los obreros de Dos días, una noche se encuentran empujados a una situación de competencia y rivalidad permanentes. No existen los buenos de un lado y los malos del otro. No nos interesa para nada mirar el mundo de esa manera.
JPD: Un film no es un tribunal. Los colegas de Sandra tienen buenas razones para decirle o no. Una cosa es segura: la prima no es un lujo para ninguno. Todos necesitan este dinero para pagar el alquiler, los servicios… Sandra lo comprende muy bien pues ella también enfrenta dificultades financieras.

Sandra, su marido y sus hijos conforman una familia consolidada. Esto no sucede a menudo en el cine de los hermanos Dardenne.
LD: Sandra encuentra coraje en su pareja. Manu ama profundamente a su mujer, lucha contra su depresión y la ayuda a dejar de sentir miedo. Al principio del film, Manu cree más en Sandra que ella misma.
JPD: Incluso los hijos de Sandra y Manu se implican y participan. Ayudan a sus padres a encontrar los domicilios de los colegas.

Los compañeros de trabajo nunca contemplan la posibilidad de declararse en huelga o de luchar contra el acuerdo que les propuso su patrón.
JPD: Elegimos deliberadamente una pequeña empresa donde los trabajadores no fueran lo suficientemente numerosos como para fundar un sindicato. Si hubiera contado una lucha contra un enemigo designado, el film habría sido completamente diferente… Aquí nos importó mostrar que la ausencia de reacción colectiva, de lucha contra ese voto también ilustra la falta de solidaridad que constatamos en la actualidad.

¿Cuánto tiempo trabajaron en el guión para alcanzar este resultado?
JPD: Hablamos de este tema hace unos diez años. Tuvimos tiempo de prepararnos.
LD: La escritura fue bastante rápida. Empezamos a redactar el guión en octubre de 2012 y lo terminamos en marzo de 2013. Queríamos que la acción se desarrollara en un período muy corto, como indica el título.
JPD: La urgencia dictada por este plazo debía imponerle su ritmo al film.

Después de Cécile de France en El chico de la bicicleta, eligieron a Marion Cotillard para Dos días, una noche
LD: Conocimos a Marion cuando coprodujimos Metal y hueso de Jacques Audiard, en parte filmada en Bélgica. Nos conquistó desde que la cruzamos cuando salía de un ascensor con su bebé en brazos. Cuando volvimos en auto a Liège, no dejamos de hablar de ella, de su rostro, de su mirada…
JPD: Convocar a una actriz tan conocida representaba un desafío suplementario para nosotros. Marion supo encontrar un nuevo cuerpo y una nueva cara para la película.
LD: Ella nunca quiso hacer gala de su trabajo actoral. Nada de lo que hizo es producto de la demostración. Trabajamos con un espíritu de confianza recíproca que nos permitió probarlo todo.

Para el personaje de Manu, convocaron a Fabrizio Rongione, presente en otros films suyos…
JPD: Así es. Fabrizio trabajó en Rosetta, El niño, El silencio de Lorna y El chico de la bicicleta. Enseguida pensamos en él para el rol de Manu. Fue formidable haberlo reencontrado.
LD: En esta ocasión, su papel es más que importante porque el largometraje también cuenta la historia de Manu. Fabrizio le dio a este hombre la fuerza vital y el entusiasmo necesarios para sostener a Sandra.

También participa su actor fetiche, Olivier Gourmet…
LD: El personaje de Olivier es mencionado muchas veces antes de que ¡por fin! aparece ante cámara.

¿Cómo trabajaron con los actores?
JPD: Ensayamos y los filmamos durante un mes. Antes Luc y yo nos tomamos dos meses para preparar el rodaje en los lugares donde se desarrolla la acción. Filmamos con nuestra pequeña videocámara.
LD: Esta instancia de ensayos es necesaria antes del rodaje para encontrar ritmos y crear el clima de confianza total con los actores y así atrevernos a las cosas más simples.
JPD: Rodamos respetando la continuidad del relato, lo cual es importante para nosotros y para los actores. El recorrido de Sandra es tan físico como mental; por lo tanto respetar la cronología fue algo esencial para Marion, Fabrizio y los demás integrantes del elenco.

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Declaraciones de Marion Cotillard
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Definición del cine dardenniano
«En cada film, Luc y Jean-Pierre Dardenne observan la realidad social y al mismo tiempo inventan una nueva aventura cinematográfica. Hacen cine de autor -¡más de autor que Luc et Jean-Pierre, imposible!- pero consiguen eludir todas las categorías. Su cine es absolutamente universal».

Primera reacción ante la propuesta del rol de Sandra
«¡Hervía después de nuestro primer encuentro! Hice mis mayores esfuerzos para comportarme, pero tuve que verbalizar tanta emoción. Me sentí profundamente conmovida ante este ofrecimiento y tuve necesidad de decirlo».

El primer contacto con Dos días, una noche
«Los directores pronunciaron algunas palabras sobre la trama de la película pero realmente descubrí la historia de Sandra cuando leí el guión. Vi que se trataba de una magnífica heroína de la vida real, y me di cuenta del desafío formidable que significaba representarla (…). Los ensayos me hicieron saber que debería desarrollar matices y fluctuaciones».

Definición de Sandra
«Es una mujer común, una obrera que conoce el precio de las cosas pues no tiene alternativa. Comprende a los compañeros que aceptaron la prima de mil euros aún cuando ésta habilitara su propio despido. Nadie sabe que habría hecho ella en el lugar de ellos. El film no juzga a nadie; ahí radica su fuerza».

Sobre la depresión que padece Sandra
«En una escena mi personaje llega a decir ‘No soy nada‘. Este sentimiento de inutilidad la habita en lo más profundo, tal como le sucede a mucha gente. Antes del rodaje me conmovieron mucho unos artículos y entrevistas sobre el suicidio en el trabajo, es decir, sobre personas que prefieren terminar con todo antes que convivir con esa sensación de inutilidad. Para mí, la película se hace eco de estos hechos que me interpelaron».

El trabajo con los hermanos Dardenne
«Ensayamos durante un mes. Fue una etapa muy importante donde desarrollamos la puesta en situación, la energía de los personajes, el ritmo de las escenas. Un trabajo complejo y esencial pues los hermanos filman planos-secuencia. También tuve que liberarme de mi acento francés sin por eso adoptar un acento belga forzado. Era algo que me preocupaba, pues temía no lograrlo y terminar decepcionando. Los ensayos me ayudaron a adaptarme al entorno belga».

El trabajo con Fabrizio Rongione
«Los ensayos nos sirvieron mucho. Gracias a ellos, Fabrizio y yo nos domesticamos mutuamente. Fabrizio está acostumbrado al cine de los Dardenne; actuó en la mayoría de sus largometrajes. Se adapta naturalmente al universo de los directores porque comparte la misma autenticidad. Fue una gran oportunidad trabajar con él bajo la mirada de Luc y Jean-Pierre».

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Posts complementarios
Dos días, una noche. El regreso de los hermanos Dardenne
“Nos transformamos en vacas: rumiamos nuestras películas”. Dardenne dixit
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