Reseña redactada por Ariel.
—————————————
Debe ser uno de los puntos más visitados de la ciudad de Londres en Inglaterra. Y motivos no faltan: el paso de cebra (tal como se denomina al cruce peatonal) fue transitado por cuatro de los protagonistas del ámbito musical que funcionaron como grupo en la década del sesenta.
Está bien que para la época de grabación de Abbey Road (el disco se editó en 1969) Los Beatles ya no podían ni verse pero, antes de que esa situación fuera insostenible, tuvieron el gran gesto de amabilidad de regalarnos dos de sus mejores discos: el que motiva este post y Let it be (que fue grabado antes pero fue editado después).
Abbey Road le dio la posibilidad a George Harrison de consolidar su talento y sensibilidad con los hermosos “Something” y “Here comes the sun”. Talento que se vería reafirmado al comenzar su etapa solista. Y como para muestra basta un botón, alcanza con escuchar su disco doble All things must pass.
De John Lennon y Paul Mc Cartney ya no puede escribirse nada más. Así que no soy para nada original al decir que la dupla autoral funcionó a las mil maravillas y dio sus frutos: “Come together”, el rock pesado de “She’s so heavy” (donde el flequillo prolijo y el ‘yeah yeah yeah’ inocentón de los primeros años dejan lugar a los pelos largos y a un extensísimo y furioso ‘yeaaaahhh’ al final de la canción), y la perlita llamada “Because” (gran tema cuya introducción instrumental se dice que fue inspirada en la sonata “Claro de luna” de Ludwig van Beethoven, tocada al revés).
El llamado “Lado B” del disco está integrado por pequeñas canciones encadenadas como un popurrí, aunque cada tema es una unidad y no fragmentos. “You never give your money”, “She came in through the bathroom window” (inspirado en un incidente sufrido por Paul cuando una fan entró a su casa por la ventana del baño), y el final a pura poesía con “The end”.
“Llevá esa carga” cantaban Los Beatles en Abbey Road. Para ellos no debió (y no debe, para los dos ex integrantes que siguen vivos) haber sido fácil soportar el peso en sus espaldas de la historia que llevan consigo. En cambio, para los que los admiramos como artistas no es ninguna carga, de tanto en tanto, escuchar y emocionarnos con sus grabaciones.
Deja un comentario