A casi un mes del estreno de Todos contra juan en América 2, Telefé presentó ayer su propia tira cómica veraniega, en este caso diaria: Los exitosos Pells. Protagonizada por Carla Lalola Peterson y Mike Amigorena (lo recordarán por su participación en Sos mi vida entre otros productos Pol-ka), la propuesta producida por Sebastián Ortega y dirigida por su hermano Luis juega con distintos ganchos que en principio deberían atraparnos: la tantas veces explotada autorreferencia televisiva (ahora ambientada en un canal de noticias); el reemplazo del supuesto protagonista por un doble de cuerpo (doble trabajo para Amigorena); enredos varios en torno a las apariencias y a la preferencia sexual (Martín Pells es gay mientras que a su «clon» le gustan las mujeres).
Probablemente lo mejor de este primer capítulo sea la agilidad con la que fueron presentados los personajes y el cruce de sucesos que conforma la trama principal. El hecho de que gran parte de la historia transcurra durante la producción y emisión de un noticiero colabora con el dinamismo narrativo, al permitir saltos permanentes entre lo que ocurre dentro y fuera del set.
La autorreferencia televisiva también aparece como un plus, no sólo porque refuerza el tono paródico sino porque sirve como herramienta promocional. Al menos eso sucedió antes del estreno de la serie, cuando las tandas publicitarias de Vidas robadas* incluyeron flashes informativos ficticios conducidos por los mismos Pells.
Un tercer punto a favor tiene que ver con el casting. Además de los mencionados Peterson y Amigorena, participan Mirta Busnelli, Hugo Arana, Mex Urtizberea, Claudia Fontán, todos actores dotados para la comedia. Habrá que ver, en cambio, cómo se desenvuelven los menos aceitados Walter Quiroz, Andrea Bonelli y Diego Ramos.
El interrogante sobre el desempeño de estos actores secundarios no es la única duda que surge después de ver la primera entrega de Los exitosos Pells. Cabe preguntarse también hasta qué punto los televidentes volveremos a engancharnos con un personaje que no es lo que aparenta (ya lo vimos en Lalola), con gags trillados sobre la homosexualidad masculina (los avances del segundo capítulo deslizaron el chiste sobre el uso de una crema) y con un amor imposible que -lo adivinamos desde el principio- terminará en el altar.
A lo mejor convenga confiar en que los autores Esther Feldman y Alejandro Maci (ganadores del premio Martín Fierro por, sepan disculpar la insistencia, Lalola) sabrán sorprendernos con giros narrativos que nos salven del tedio y la previsibilidad. Será cuestión de prestarle atención a lo que vendrá.
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* Esto sucedió durante los últimos capítulos de Vidas robadas, serie cuya franja horaria fue reservada para / heredada por Los exitosos…
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