Yo Presidente

Yo PresidenteDifícil tarea, la de escribir una reseña sobre Yo Presidente sin caer en una nota de opinión sobre nuestra dirigencia política. En principio, este post pretende comentar el interés cinematográfico del trabajo de Gastón Duprat y Mariano Cohn, pero sospecho que resultará imposible evitar la aparición de opiniones sobre los protagonistas de este documental, los ex mandatarios Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Camaño y Eduardo Duhalde.

Financiado por los astutos Luis Majul y Adrián Suar, éste es un producto serio, cuidado, honesto. Aquí no hay cámaras ocultas; ni «joditas» pensadas para hacerles pisar el palito a los entrevistados. Al contrario, los ex Jefes de Estado conocen el objetivo del largometraje, y probablemente sospechen sus implicancias. De ahí la buena predisposición generalizada a la hora de atender al equipo de filmación.

La amabilidad no es forzada sino correspondida. Después de todo, el trato de Duprat y Cohn es respetuoso, medido, correcto. Aunque pertinentes y nunca ingenuas, las preguntas no son capciosas ni agresivas, y aún así siempre resultan acertadas, extremadamente reveladoras*.

De la misma manera, las cámaras no son invasoras, pero sí están prendidas en el momento y lugar justos. Atentas no sólo a los entrevistados sino también al entorno, captan gestos, miradas, detalles cuya elocuencia contrasta con las «verdades» que los ex Presidentes construyen a nivel discursivo.

Como en Cuentos de terror, Duprat y Cohn recurren al primerísimo primer plano para desnudar el pensamiento de quienes están frente al micrófono. Así, si en el caso de los relatos televisivos se trataba de desentrañar el alma patológica de los personajes interpretados por Alberto Laiseca, en este largometraje se apunta a captar ese tic, ese fruncimiento de labios que denota incomodidad, amargura o resentimiento.

También como en aquel unipersonal, los directores hacen una edición de sonido muy interesante que, intercalando fragmentos de respuestas, simula el discurrir del discurso del inconsciente: un discurso reiterativo, inconexo, de asociación libre.

Sin dudas, Duprat y Cohn manejan muy bien la técnica de la entrevista y el documental. Tanto es así que su trabajo no sólo vale por lo que dicen y lo que muestran los entrevistados, sino también por los silencios (uno de los mejores ejemplos en este sentido tiene lugar cuando Duhalde cuenta cómo caza tiburones), por lo que se ve en un segundo o tercer plano (por ejemplo, el perfil de Inés Pertiné detrás de una puerta vidriada), y por la selección de un material de archivo que nos ayuda a recordar el contexto socioeconómico de las Presidencias tratadas.

Evidentemente Yo Presidente invita a una reflexión que va mucho más allá de la cuestión periodística y cinematográfica. De hecho, al término del film uno se queda pensando en la historia contemporánea de nuestro país, en la idiosincrasia de nuestra dirigencia política, en la (ir)responsabilidad de una ciudadanía con escasa práctica democrática, en los efectos de un poder que -además de perjudicar a quienes lo padecimos- desgasta, agota, despoja, obnubila, (¿idiotiza?) a quienes lo ejercieron.

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* Escribo «y aún así» porque, acostumbrados a un periodismo como el de los integrantes de CQC, uno termina creyendo erróneamente que el periodismo incisivo siempre exige subestimar, engañar, violentar al entrevistado.


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Comments

4 respuestas a “Yo Presidente”

  1. Avatar de lucio
    lucio

    coincido!
    saludos
    buena pag

  2. Avatar de 79
    79

    me encanta CQC

  3. Avatar de Jose luis mendoza
    Jose luis mendoza

    hola esta muy buena la pelicula
    felicitaciones y salu2 a todo el equipo dela produccion

  4. Avatar de honesto
    honesto

    no se q le vieron de «honesto» a este film, se burlan de los presidentes de una manera mediocre, mostrando las imagenes en crudo, que se suponia iban a ser parte de un montaje. El contenido, de segundo ninguno dijo nada qe no sepamos, nadie rebatio las mentiras de simpre, una perdida de tiempo. Majul es un ladri, un mercenario de los medios.

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