Por Jorge Gómez
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El lunes nos preocupamos por la ausencia/escasez de correctores que afecta a la versión online de Clarín, y que explicaría la publicación de la noticia sobre una mujer que “calló al agua y se ahogo”. En ese momento no imaginamos que la falta de temor al ridículo se haría más evidente dos días después, cuando El gran diario argentino anunció en la página 24 de su edición impresa que había fallecido Carlos Torres Vila, un cantante muy famoso de los años ’70.
El martes a la noche, Crónica TV había puesto por algunos minutos una de sus placas con la noticia falsa, que fue levantada de inmediato por varios portales ansiosos de primicias. El miércoles, Clarín fue el único periódico que publicó una necrológica, obviamente sin haber chequeado fuentes.
Ayer jueves, el medio gráfico aclaró con tono jocoso que Torres Vila estaba vivo. Por lo visto, no se hizo cargo de la gravedad del error: ni del daño causado a la familia de un muerto que respira, ni de las consecuencias asociadas a la práctica de replicar los anuncios de Crónica TV.
Curiosamente la gente de Clarín dedicó esta semana a refritar trabajos ajenos sin controlar nada. También el miércoles, el suplemento de Espectáculos aseguró que la versión española de Valientes había sido rebautizada Cojonudos, información reproducida en TN.
En realidad, la tira argentina se llama igual aquí y en España. El único origen posible de semejante error es la tapa de Crítica del día anterior y la incapacidad de cierto ¿cronista o copista? para entender una broma.
Hoy el diario que fundó Jorge Lanata le toma el pelo a semejante robo. En cambio, nosotros, simples lectores, rogamos por que Clarín retome la senda de las buenas prácticas de la profesión, o al menos por que correctores y periodistas rigurosos regresen de sus vacaciones.