Hung

Con Thomas Jane, por HBOHung llegó a la pantalla premium de Latinoamérica de la mano de HBO a principios de octubre, cuatro meses después del estreno oficial en los Estados Unidos, y con la segunda temporada en marcha para que salga al aire en 2010. Más allá de la cuestión sexual, la comedia explota un lugar común: la paradoja de un ciudadano medio típico implicado en una situación atípica.

A Thomas Jane ya le tocó encarnar a un hombre corriente que el destino se encarga de poner a prueba (de hecho, en El ave negra, su Wayne Colson debe escapar de / enfrentar a un criminal tan peligroso como rencoroso). Tal vez por eso sorprende poco volver a verlo en la piel de un personaje a merced de un tercero, en esta ocasión una tercera que lo empuja -no a la fuga ni al enfrentamiento- sino a la prostitución. 

Con un poco de buena voluntad, podemos pensar en Ray Drecker como en la versión tragicómica del Julian que Richard Gere interpretó en Gigoló americano treinta años atrás. Con un poco de cinismo, podemos pensar que estamos ante la versión ñoña, edulcorada, insensible del entrañable Joe Buck que John Voight hizo en Perdidos en la noche cuarenta años atrás.

Quizás porque estos antecedentes le juegan en contra, quizás porque son muchos los padres de la criatura (Colette Burson, Dmitry Lipkin, Brett Leonard y Emily Kapnek se declaran autores de la mayoría de los episodios), quizás porque el puritanismo estadounidense siempre consigue imponer sus límites recatados, Hung carece de personalidad y por lo tanto de gracia.  

Quien mejor se desempeña entre tanto remate previsible y tanto corset actoral es Jane Adams, la cafiolo (¿cafiola?) de Ray en la ficción. No puede decirse lo mismo de Anne Heche, tan insulsa en su papel secundario de ex esposa como en aquel fiasco protagónico que por suerte muchos olvidarán.

En una sociedad cada vez más acostumbrada a concebir el cuerpo como objeto, la sexual representa una entre otras formas de objetivización y deja de aplicarse de manera exclusiva al cuerpo femenino. En este contexto, la idea de que un hombre acepte prostituirse para llegar mejor a fin de mes es menos transgresora de lo que parece y en cambio afín a la estrategia de una televisión que se pretende menos pacata de lo que en realidad es.