Mientras preparaba este post, me preguntaba si publicarlo no sería como escupir al cielo. En definitiva, quién sabe cómo seré/estaré dentro de dos o tres décadas. Tal vez termine sumándome a quienes no toleran mirarse al espejo y enfrentar las huellas del inevitable paso del tiempo en sus rostros.
Que quede claro: estas líneas no pretenden ser socarronas. Simplemente señalan un fenómeno cada vez más frecuente, producto de la imposibilidad de asumir los años cumplidos, la experiencia acumulada, la madurez alcanzada. Me refiero a cierta reedición de la fábula de Dorian Gray, donde la obsesión por un cuadro cede lugar a la obsesión por la cirugía reparadora.
Referentes de nuestra cultura mediática, íconos pop más o menos explotados, los aquí retratados coinciden en recurrir al botox y/o al bisturí con la ilusión de retener el divino tesoro de la juventud. De izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, se trata de Melanie Griffith, Nicole Kidman, George Michael, Mia Farrow, Rupert Everett, Mickey Rourke, Meg Ryan, Madeleine Stowe, Rob Lowe.
Botox y colágeno mediante, todos ellos se han convertido en la caricatura de lo que alguna vez fueron. Al parecer, el dios Cronos sigue vivito y coleando, dispuesto a ensañarse con quienes osan contrariarlo.
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PD. Con excepción de la foto de Rob Lowe, las demás imágenes fueron extraídas de Awful plastic surgery, sitio que muestra las iniquidades cometidas en nombre de la estética y el buen gusto.