El restaurante

El restauranteBueno, sí, es cierto: tengo debilidad por Daniel Auteuil. Me parece un excelente actor, convincente ya sea en drama o en comedia. Será por eso que hago la vista gorda cuando lo encuentro en una película que le queda chica. Después de todo, verlo es siempre un placer, tanto que las falencias del malogrado film pasan a un segundo plano.

Justamente éste es el caso de El restaurante, largometraje con algunos buenos gags, pero que -quizás por un guión bastante redundante y previsible- no termina de convencer. Es una lástima, sobre todo porque la producción del tunesino Pierre Salvadori cuenta con un elenco muy sólido.

De hecho, además de Auteuil, trabajan el igualmente versátil José García (¿recuerdan su rol protagónico en La corporación?) y actores desconocidos pero con indiscutible condición humorística (por ejemplo, Sandrine Kiberlain/Blanche y Michèle Moretti/Martine). De ahí la existencia de escenas realmente hilarantes, como cuando García/Louis pretende demostrar sus supuestos conocimientos de sommelier en una entrevista laboral.

Por lo demás, Après-vous… –Después de usted… sería la traducción correcta- retoma la fórmula del dúo disonante, la misma que en su momento reunió a Gérard Depardieu y Jean Reno en Rubi & Quentin (el título alternativo es ¡Que te calles!), y a Thierry Lhermitte y Jacques Villeret en La cena de los tontos. Me refiero a esas duplas circunstanciales, no deseadas, pero eterna e inexorablemente predestinadas. 

El problema es que a Salvadori le falta el vuelo de Francis Veber*. Por un lado, no logra agregarle un toque personal, distintivo, a la mencionada fórmula. Por el otro, la caracterización de Louis es realmente densa, estridente, agotadora.

Si no fuera por esta contra, El restaurante sería una comedia recomendable para quienes desean pasar una tarde amena y agradable. Lamentablemente sus limitaciones hacen que debamos conformarnos con algunos momentos rescatables, con las actuaciones y -al menos en mi caso- con la presencia del siempre irreprochable Auteuil.

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* Francis Veber dirigió tanto Rubi & Quentin como La cena de los tontos. A diferencia de Salvadori, el cineasta francés retrata al integrante insoportable de la dupla con soltura y originalidad, evitando caer en el típico estereotipo del personaje denso.