Quartier merdique

Clásica escena belgranense: el perro adelante, la caca atrásY sí… A un barrio como Belgrano el acento francés le sienta de maravillas. Después de todo, somos gente formada, viajada, elegante. Vivimos en casa/departamento propio, vestimos ropa de marca, olemos a París, desayunamos y merendamos afuera, nos educamos en instituciones privadas, invertimos en medicina prepaga, nos psicoanalizamos, trabajamos con laptops, veraneamos en Punta, y de tanto en tanto cambiamos el auto.

También tenemos perros, preferentemente de raza. Los mantenemos alimentados, limpios y sanos. Y cuando no podemos sacarlos, los confiamos a nuestros paseadores profesionales.

Hasta hace poco, contábamos con slogan propio: «Belgrano es un país» rezaban los carteles. «País canino», murmuraban muchos.

Y sí… Porque nuestro barrio conserva la marca indeleble de su población perruna. Pis en cada rincón; caca en cada baldoza. Elementos decorativos vistosos y aromáticos que recortan territorio. Defecaciones bautizadas como «teresos», probablemente en honor a alguna abuelita paqueta.

No importa, estimados vecinos belgranenses… Aunque lo escatológico nos desborde, las heces nos contaminen, las moscas nos invadan, eso de vivir en un «quartier merdique» suena muy pero muy bien.