Antes que anochezca es un libro visceral, pasional, urgente, candente. El género autobiográfico y la definición de «obra póstuma» le quedan chicos. Porque la energía, la temeridad, el desenfado que emanan de estas páginas arrasan con la solemnidad, la formalidad y la frialdad típicas del relato autorreferencial y de la mismísima muerte.
Probablemente, de haber nacido en otra época, el cubano Reinaldo Arenas habría figurado en la historia de la literatura como un «escritor maldito». Habría formado parte de ese grupo de «herejes», «inmorales», «asociales» que provocaban, escandalizaban y atemorizaban al statu quo occidental y cristiano.
Quizás por eso, a falta de la Santa Inquisición y de la censura victoriana, el régimen castrista se encargó de las tareas de persecución, represión, encierro, maltrato. Y, durante los años de exilio, la democracia norteamericana se ocupó de ignorar, marginar y después, cuando resultó conveniente, de usar.
No importa… Ni de un lado ni del otro, ninguna mano opresora logró acallar la obra de Arenas. Al contrario, la prosa de Antes que anochezca nunca dejó de vociferar un texto contundente, exuberante, imparable que llama a las cosas por su nombre y que dice lo que hay que decir, sin rodeos, eufemismos ni diplomacia.
Así, el escritor describió sin tapujos su amor por los hombres, su rebelión personal contra la Cuba revolucionaria, sus días en la clandestinidad, su sufrimiento en la cárcel, sus intentos de fuga, sus últimos años expatriado, su convivencia con el sida, la inminencia de su suicidio.
En 2000, es decir ocho años después de la pubicación del libro, el director neoyorkino Julian Schnabel se animó a hacer una adaptación cinematográfica protagonizada por Javier Bardem. Lamentablemente, pese al talento del actor español, la película no hizo más que reducir a la mínima expresión tan vehemente escritura.
Sin embargo, una vez más, el espíritu de Arenas se mantuvo en pie y Antes que anochezca resistió los embates del celuloide para volver a consolidarse como uno de los ejemplares más bellos, crudos e impactantes de nuestra literatura latinoamericana contemporánea.