La noche que Baglietto y Vitale volvieron

Post redactado por Ariel.
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Tras casi diez años de aquel útimo recital de 2001, Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale vuelven a compartir un escenario para despuntar el vicio y hacer eso que saben tan bien. Juntos, se presentan los viernes y sábados de abril en el Centro Cultural Torquato Tasso, con un repertorio que se promociona como “sólo” de tangos pero que también incluye -al final y a manera de bises- canciones que el intérprete rosarino hizo famosas como solista.

Es obvio que Baglietto no tiene el fraseo del Polaco Goyeneche ni la manera de cantar de Julio Sosa. Nadie dice que deba imitarlos ni mucho menos, pero es cierto lo que algunos le critican: que su interpretación no es «tanguera».

Sin embargo, el ex integrante de la trova rosarina se les anima nuevamente a joyas como «Los mareados«, «Naranjo en flor«, «Nostalgias«, y de todos los intentos sale más que bien parado. De hecho, su fuerza interpretativa llega a emocionar porque al canto le suma un plus de intencionalidad dramática que no está de más (qué cosa es el tango sino eso: drama).

Además este reencuentro invita escuchar el gran tema del disco de 1982 Actuar para vivir, «Una vuelta más», que compuso el también rosarino Rubén Goldín y que es un tango (recién ahora algunos nos enteramos de que esta canción y «Mienten» de Roque Narvaja pertenecen al repertorio del 2×4).

¿Qué puede decirse de Lito Vitale? No mucho y todo a la vez. Su virtuosismo y ductilidad como tecladista ponen la piel de gallina.

Esta vez no hubo ningún solo de piano pero, como introducción a «El choclo«, el autor de la recordada «Amigo del alma» se lució con una versión de ese famoso tango en modo scat desde las blancas y negras. Si hasta parecía que Bobby Mc Ferrin se encontraba presente en la sala de San Telmo.

Todavía quedan dos fines de semana para escuchar y disfrutar de la dupla. Dado el nivel de la convocatoria, es probable que la propuesta se extienda a mayo y que entonces más espectadores celebren la noche que Baglietto y Vitale volvieron… tras casi diez años.